Hoy voy a contaros una historia para no dormir:
Hasta no hace demasiado (como un mes o así) yo pertenecía a la lista de Esencia. Y algunos os preguntaréis por qué, tras tamaña revelación.
Pues todo se remonta a la lista de Hackmaster-es a la que me apunté con la sana intención de crear aventuras, enterarme cómo andaba la línea en esos momentos (ya que la llevaba Devir), realizar aportaciones, etc. como venía haciendo en la lista de Warhammer-es. Nada más llegar me encontré con que ahí mandaban unos cuantos gerifaltes y se nos dispensaba a los recién llegados el trato de noobies correspondiente, algo que en parte me chocó, pero más tarde me acostumbré porque al fin y al cabo Hackmaster está hecho para ¡roleros de verdad! ¡Duros como unos cojones de diamante!
Como acometí la empresa de dirigir a ese juego, poco más tarde me uní a la lista de HackMasters (la de los másters) y disfruté de las mieles del conocimiento máximo del juego.
El caso es que la lista de jugadores no estaba muy activa que digamos y nadie estaba muy por la labor (menos aún después de la chapuza que hizo Devir con ella, que sacó el Manual del Jugador, La Guía del Master y 2/8 de Hacklopedia de Bestias y no sacó nada más, algo que me enemistó para siempre con esa editorial) y entonces el iluminado Earl nos dijo que para lo que posteabamos podríamos cerrar la lista y marchar a la lista de Esencia donde al menos había más tráfico de mensajes y aunque había muchos temas variados se seguía hablando de juegos de rol y demás. Le hicimos caso y... craso error.
Entré en aquel lugar con la idea que me habían presentado y de repente me vi inmerso en una marejada de gente (en general rolero viejos) que se dedicaban a ponerse a caldo cada cierto tiempo, reírse de los demás, responder con comentarios en sus firmas "Loquesea de Jack" que nunca entendí, medir el tiempo en una unidades llamadas "Uribes". A veces he llegado a recibir más de ochenta mensajes diarios de gente trolleándose los unos a los otros por cosas que ni siquiera entendía o ni me iban ni me venían.
Vamos, que flipé en colores. Me moví de una lista a aquella para seguir tratando temas de rol, ver aportaciones de aficionados y lo que me encontré es un grupo de roleros viejos de 4ª Generación (casi Matusalenes) que se partían la boca a la primera de cambio por historias de hacía años.
Ni apetecía escribir nada nunca y las pocas veces que decías algo también recibías. No estaba mal para enterarte de ciertas noticias frikis, pero tanta mierda era un tanto insoportable (y eso que no se escribía todos los días, pero cuando querían podían...)
En fin, la gota que colmó el vaso de mi paciencia fue cuando uno de sus colisteros abrió un tema para preguntar dónde podía encontrar una buena oferta para comprarse una "panificadora" o algo parecido. Fue como retorcer el cuchillo después de recibirlo en tu corazón rolero. ¿Pero qué mierdas era eso, una lista de rol o una lista de trolls que de vez en cuando jugaba a rol?
Una verdadera lástima, porque cuentan las leyendas que esa lista tuvo una época dorada en la que todo estaba bastante menos envilecido (por el número de mensajes de algunos meses de pasados años (más de 1000) desde luego lo parecía).
Yo desde luego, si me encontrase con una lista así donde yo mismo soy propietario, le echaría el candado y cerraría puertas para siempre, porque desde luego no es algo que el rol nacional necesite.