EN
EL VALLE DE LICEOS
Los héroes se encontrarán recorriendo un camino a los pies del Monte Liceos, a no mucha distancia de Tenas (o cualquier otra ciudad que os convenga si estáis en medio de una campaña continuada). Apenas una hora después advertirán una luz a un lado del camino. Si deciden investigarla lee el texto siguiente:
“Entre la hierba podéis distinguir la luz de una fogata y el sonido inconfundible de las cítaras y harpas mineas que acompañan una bella melodía pastoril. No os es complicado seguir el sonido de la canción y las risas que escucháis y pronto os encontráis con una pequeña acampada donde un grupo de pastores y broncistas beben de sus pellejos de vino para combatir el frío. Un joven Aedo se encuentra de pie jugueteando con las cuerdas de su lira. Parece que se está haciendo de rogar ante las peticiones de su público, y lo disimula muy mal. Junto a él, un anciano sacerdote parece ausente en sus meditaciones y no advierte vuestra presencia.”
El Aedo se presenta como Dromometis de Tenas, e invita a los viajeros a compartir su vino y su pan con sus compañeros, tres pastores, tres broncistas y un sacerdote de Zeus, de nombre Próxeno. Si los héroes son reticentes a la invitación, Dromometis les prometerá que no recibirán ningún daño de su persona ni de ninguno de los presentes, jurándolo ante el sacerdote.
“Próxeno alza su cabeza cubierta de largos cabellos blancos como si fuese esa la primera vez que advirtiese vuestra presencia. De inmediato, os dais cuenta que el sacerdote es ciego. Con gesto severo, responde con voz grave: - Sea.”