Nota: Este artículo es una traducción de la página Sly Flourish.com cuya autoría es de Mike Shea y del cual tenéis el enlace al post original aquí. Esta traducción se realiza con su consentimiento expreso. Os invito a seguirle a través de su página Sly Flourish, su mastodon @slyflourish@chirp.enworld.org o incluso apoyarle a través de su Patreon. Puedes ver otros artículos traducidos siguiendo este enlace.
Ningún personaje puede afectar negativamente a otro sin el consentimiento del jugador o jugadora.
Esta es una regla que es fácil de poner en práctica durante nuestra sesión cero (NdT: Aquí en castellano) y que minimiza muchos problemas potenciales.
Si se echa un vistazo a los foros de D&D de Reddit durante un tiempo, se pueden ver numerosos mensajes que relatan cómo hay partidas que se van al traste cuando un personaje le roba algo a otro, lo polimorfiza en un pollo o lo convierte en el objetivo central de una bola de fuego.
Exigir el consentimiento del jugador o jugadora para las acciones adversas es una obviedad. Esta regla evita muchos problemas antes de que empiecen.
Aquí hay algunos ejemplos específicos de consentimiento de los personajes:
- No puedes encantar o dominar a tu compañero si su personaje no está de acuerdo.
- No puedes realizar pruebas de Persuasión o Engaño contra otro personaje esperando que éste se comporte de una manera determinada al fallar, a menos que el otro jugador o jugadora esté de acuerdo con ello.
- No puedes lanzar una bola de fuego a tu camarada guerrero/a, sin importar cuántos cultistas de Talos lo rodeen, a menos que te diga «hazlo».
- No puedes robar las cosas de otro personaje a menos que el jugador o jugadora de ese personaje esté de acuerdo con ello.
- No puedes atacar a otro personaje a menos que ambos jugadores estén dispuestos a hacerlo.
Corta la corriente del «Eso es lo que haría mi Personaje»
Definir límites estrictos fuera del juego para cualquier tipo de conflicto entre jugadores y jugadoras evita cualquier tipo de justificación de la historia para el mal comportamiento. No importa lo que un personaje haría en el mundo, la propia partida en esta mesa no lo permite. Esos no son los tipos de personajes que nos interesan, a menos que, por supuesto, sí queramos. Si todos los jugadores y jugadoras están de acuerdo con ello, ve con los dioses.
Durante vuestra próxima sesión cero (NdT: Aquí en castellano), considerad la posibilidad de añadir una regla de la casa permanente según la cual ningún personaje puede afectar negativamente a otro sin el consentimiento de su jugador o jugadora.
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