Nota: Este artículo es una traducción de la página Sly Flourish.com cuya autoría es de Mike Shea y del cual tenéis el enlace al post original aquí. Esta traducción se realiza con su consentimiento expreso. Os invito a seguirle a través de su página Sly Flourish, su mastodon @slyflourish@chirp.enworld.org o incluso apoyarle a través de su Patreon. Puedes ver otros artículos traducidos siguiendo este enlace.
Quienes dedicamos mucho tiempo a pensar en cómo mejorar nuestras partidas, a menudo nos sumergimos en los detalles. ¿Cómo podemos acelerar el combate? ¿Cómo podemos meter más a los personajes en la historia? ¿Cómo podemos ofrecer opciones más significativas? ¿Cómo podemos preparar lo suficiente para llenar el mundo?
Estas preguntas son útiles, pero está la pregunta más importante: ¿por qué? Cuando estamos considerando un nuevo enfoque para nuestra partida, o una nueva herramienta o accesorio que queremos usar en la mesa, o una nueva característica de una VTT, ¿por qué elegimos las que elegimos y omitimos las que no?
En Return of the Lazy Dungeon Master me centro en sacar más partido a vuestros juegos de rol preparando menos. Podemos dividir este objetivo en dos partes:
- Hacer que los jdr sean más fáciles de preparar y dirigir.
- Hacer que los jdr sean más divertidos para nosotros y nuestros jugadores y jugadoras.
Hay un cuidadoso equilibrio entre estos dos objetivos. A veces, sin embargo, las técnicas que hacen que nuestras partidas sean más fáciles de preparar y dirigir también hacen que sean más divertidas para nosotros y nuestros jugadores y jugadoras. He aquí algunos ejemplos:
- Si preparamos menos, podremos organizar más partidas. Más partidas = más diversión.
- Si nos preparamos menos, es menos probable que conduzcamos a nuestros jugadores y jugadoras por una historia complicada que hemos elaborado de antemano.
- Si nos preparamos menos, nuestros jugadores y jugadoras tendrán más libertad para seguir caminos diferentes y construir elementos del mundo que aún no hemos desarrollado.
- Cuanto menos hayamos preparado, más probabilidades tendremos de escuchar a nuestros jugadores y jugadoras y centrarnos en la partida a medida que se desarrolla, en lugar de centrarnos en lo que hemos planeado de antemano.
- Cuanto menos preparemos, menos estrés tendremos para mantenernos fieles a nuestro material y más dispuestos estaremos a ver cómo se desarrolla el juego.
A veces, merece la pena dedicar más tiempo a preparar los elementos del juego que realmente importan, las cosas que aportan más diversión a la partida. He aquí algunos ejemplos:Sometimes, it's worth extra time to prepare the elements of the game that really matter – the things that bring the most fun to the game. Here are some examples:
- Cuanto más tiempo dediquemos a pensar en los personajes y sus historias, más fácil será integrarlos en la aventura o la campaña.
- Cuanto más sólido sea el mundo que rodea a los personajes, más sentirán los jugadores y jugadoras que es real.
- Cuanta más información conozcamos sobre el mundo, más cosas interesantes podrán descubrir los personajes mientras lo exploran y más fácil nos resultará introducir esa información durante la partida.
- Cuanto mejor conozcamos un lugar y a sus habitantes, más podremos improvisar lo que ocurre allí mientras los personajes lo recorren.
- Cuanto mejores sean nuestras herramientas para la creación de encuentros de combate y mejor conozcamos las capacidades de los personajes en este ámbito, más divertidos, heroicos y emocionantes serán los combates que podamos organizar.
- Cuanto más tiempo dediquemos a pensar en el tesoro, mejor se adaptará éste a los deseos de los personajes.
- Cuanto más tiempo dediquemos a un inicio sólido y fuerte, más fácil será meter a los jugadores, jugadoras y a sus personajes en la aventura.
Los ocho pasos de Return of the Lazy Dungeon Master son mis ideas sobre dónde podemos emplear nuestro tiempo para conseguir la mayor diversión en nuestras partidas. Otros DJ y otros grupos tienen sus propias listas de actividades más beneficiosas para preparar y dirigir sus partidas.
Pensad en qué empleáis vuestro tiempo en la preparación y preguntaos si esa actividad facilita la preparación y el desarrollo de la partida o si realmente hace que el juego sea más divertido para vuestros jugadores y jugadoras.
Si vuestro enfoque facilita el desarrollo de la partida y lo hace más divertido, es estupendo. Si vuestro enfoque hace una cosa o la otra, también está bien.
Si vuestra actividad no hace que la partida sea más fácil de preparar o dirigir, y no aporta más diversión a la mesa, ¿para qué hacerla?
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