Rincones

jueves, 23 de febrero de 2023

Sly Flourish: Mejorar el Ritmo

Nota: Este artículo es una traducción de la página Sly Flourish.com cuya autoría es de Mike Shea y del cual tenéis el enlace al post original aquí. Esta traducción se realiza con su consentimiento expreso. Os invito a seguirle a través de su página Sly Flourish, su mastodon @slyflourish@chirp.enworld.org o incluso apoyarle a través de su Patreon. Puedes ver otros artículos traducidos siguiendo este enlace.

«La clave para convertirse en un gran DJ, más que cualquier otra cosa, es la comprensión del ritmo».

- Monte Cook y Shanna Germain, Your Best Game Ever

Como dungeon masters que se toman en serio su oficio, perfeccionamos continuamente nuestras habilidades. Para algunos de nosotros, se trata de un objetivo para toda la vida. La hermosa complejidad de la afición a los juegos de rol nos da la oportunidad de mejorar nuestro talento de muchas formas distintas a lo largo de los años, cada una de las cuales nos lleva a organizar mejores partidas para nuestras familias y amistades. Algunas de estas habilidades son la capacidad de improvisación, una comprensión aceptable de las reglas, la capacidad de escuchar y empatizar, el entusiasmo, la gestión del tiempo, la moderación equilibrada y la creatividad sobre el terreno.

Sin embargo, si queremos mantener la energía durante la partida (si realmente queremos mantener el interés de todo el mundo), hay pocas habilidades más importantes que el ritmo.

La acción es el motor de las grandes historias. A veces como DM nos perdemos en la profundidad y el trasfondo de nuestras aventuras y campañas. A veces nos perdemos en los detalles de nuestros PNJ y la historia del mundo. Utilizamos cada una de las mil palabras que hacen falta para describir el escenario. Pero la acción de los personajes impulsa nuestras historias. Los personajes tienen que hacer cosas.

Un buen ritmo requiere comprender cómo se siente el juego en ese momento y asegurarse de que resulte divertido. Significa mantener el impulso hacia delante y saber cuándo retirarse para dejar que las cosas sigan su curso en el momento oportuno.

En caso de duda, haz que un gnoll atraviese una puerta con un arco en la mano.

En el libro Hamlet's Hit Points, el sabio de los juegos de rol Robin Laws describe la importancia de hacer oscilar los ritmos ascendentes y descendentes para mantener a los jugadores y jugadoras interesados en la partida. Pasan cosas buenas, luego cosas malas, luego cosas buenas. Una historia con demasiados ritmos ascendentes se vuelve aburrida y monótona. Una historia con demasiados ritmos descendentes resulta desesperante y deprimente. Mezclar ritmos ascendentes y descendentes mantiene el interés de la gente.

No siempre sabemos cuándo vamos a estar en la cima de una serie de ritmos ascendentes o en el valle de un montón de ritmos descendentes. Durante la partida, la historia va por donde va. Tenemos que estar preparados para añadir los ritmos adecuados en el momento adecuado durante el juego. ¿Acaban de tener los personajes una serie de duros combates mientras viajan por las tierras salvajes? Quizá sea el momento de toparse con dos matones en el bosque. ¿Los personajes acaban de tener una serie de desafortunados sucesos relacionados con trampas y espectros en una horrible mazmorra? Tal vez atraviesen un muro y encuentren una fuente sagrada que no esperaban.

Mantened un buen compás de ritmos ascendentes y descendentes en vuestra partida. Tened a mano las herramientas y las ideas para cambiar el ritmo mientras jugáis.

«¿Qué hacéis?»

Centrarse en responder rápidamente a esta pregunta nos obliga como DMs a hacer que la narrativa de nuestra historia sea practicable. No sirve de nada que un grupo de personajes se quede sentado escuchando a un PNJ dar cera a la historia durante veinte minutos. En cualquier escena nos corresponde entender qué opciones tienen los PJ para actuar. A veces puede que ni siquiera nos demos cuenta de que hay una oportunidad para actuar, pero nuestros jugadores y jugadoras nos sorprenden con alguna acción. No lo neguéis. Dejad que interactúen. Dejad que la historia evolucione en función de sus acciones.

Cuando creemos localizaciones, para cada zona que diseñemos, preguntémonos «¿qué pueden hacer aquí los personajes?». Mirar alrededor de una gran sala o ver cómo se desarrolla una escena no es meter a los personajes en la acción. Incluso en una habitación llena de mosaicos y huesos antiguos, los personajes pueden investigar. Pueden averiguar cosas. Pueden descubrir secretos y pistas (NdT: Aquí en castellano). Pensad en los verbos de la habitación. Repasad la lista de habilidades y pensad cuáles se pueden aplicar en cada situación.

Dirigid las cosas hacia las acciones de los personajes tan rápido como podáis.

Vigilad el Reloj

Es fácil perder la noción del tiempo cuando se dirige una partida. Cuando dirigimos un sesión, estamos en nuestro elemento, encontramos la «fluidez». Perder la noción del tiempo es uno de los indicadores más claros de que hemos encontrado esa fluidez, pero puede ser un infierno para el ritmo. Utilizad un cronómetro o vigilad el reloj durante la partida para saber cuánto tiempo ha pasado y cuánto tiempo os queda de sesión. Utilizar un cronómetro ayuda a garantizar que nuestras escenas duren lo necesario y no más.

Cuando planifiquéis un encuentro clave, tened en cuenta cuándo tiene que empezar ese encuentro y estad preparados para saltar a ese encuentro si el tiempo lo exige. Poned una alarma cada hora para controlar el ritmo, pero escoged cualquier periodo de tiempo que os parezca oportuno. Siempre es mejor terminar un poco antes que demasiado tarde.

Terminar con un final inesperado es una forma estupenda de mantener a tus jugadores y jugadoras expectantes por la siguiente partida y, al mismo tiempo, abriros a un sencillo inicio fuerte. No temáis terminar la partida cuando los personajes pateen la puerta de la guarida del jefe final. Al menos ya sabes dónde empieza la siguiente sesión.

Mente despejada. Boca cerrada. Observar mucho. Decir poco.

Como DMs, somos las personas que más palabras pronunciamos en la mesa, pero son nuestros ojos y oídos los que nos dicen si nuestro ritmo no es el adecuado. Observad a vuestros jugadores y jugadoras. Fijaos en su lenguaje corporal. Os indicarán si vuestro ritmo no es el adecuado. ¿Se inclinan hacia delante o hacia atrás? ¿Prestan atención o navegan por Internet? Es de esperar que se relajen un poco, al fin y al cabo se trata de una actividad recreativa, pero si observas mucha relajación en más de un jugador o jugadora, es hora de avanzar.

Si un jugador o jugadora parecen desconectados, haced que vuelvan. Pedid a su personaje que haga una tirada de habilidad para darse cuenta de algo. Tirad de su trasfondo o linaje.

No tengáis miedo de dar un paso atrás y preguntar a la gente cómo van las cosas. Haced una pausa breve de cinco minutos cada 90 minutos y preguntad a los asistentes si se lo están pasando bien. Preguntadles qué les gusta y qué quieren ver más.

Una Búsqueda Permanente de un Ritmo Excelente

Al igual que ocurre con el resto de habilidades para dirigir partidas, el dominio del ritmo no se consigue de la noche a la mañana. Nunca seremos perfectos. Como todas las cosas, el dominio del ritmo requiere práctica y una mejora continua. Tenemos que aprenderlo por nosotros mismos y por nuestro grupo. Por suerte para nosotros, podemos practicarlo mientras hacemos algo que nos encanta y hacerlo durante el resto de nuestras vidas.

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