Llevaba bastante tiempo sin actualizar y hoy toca reflexión.
¿Os habéis fijado que actualmente hay una cantidad ingente de productos para copar nuestro
tiempo libre, nuestro tiempo de ocio? ¿Cómo no caer ante los cantos de sirena que nos llevan
hacia los arrecifes del “consumismo pasivo”?
Desde mi Biblioteca de Steam hay CIENTOS de juegos que me piden varias horas de mi
atención, o al menos unos minutos para ver si fueron una buena compra
(benditos/malditos Humble Bundle) y
lo mismo ocurre con una decena de joyas de mi usuario de GOG, que curiosamente
son los que más me apetece probar, cuando la mayoría de ellos ya los jugué en el
pasado…
Y qué decir de los juegos de rol.
¿Por qué a algunos locos nos ha dado por crear nuestros propios juegos
cuando hay tanto ahí fuera y de una calidad tan buena? ¿En qué momento se me
ocurrió a mí ser “original”? Yo tendría que haberme especializado en un juego y
haber sacado algún suplemento sobre el mismo, aventuras, ayudas… ¡a lo sumo! ¿un juego desde cero?
¡Loco!
Además, yo creo que siempre he elegido mal el juego al que
dedicar mis esfuerzos. Elegí Warhammer JdR y cuando todas sus reglas se doblegaban a mi voluntad maltrataron la línea para crear una 3ª edición que no casaba con nada
anteriormente escrito. Elegí GURPS y
no le dieron continuidad (pero sí una tabla graciosa con notas de traducción/maquetación). Elegí Hackmaster,
y otro tanto de lo mismo.
A lo que voy con todo esto, ¿por qué hacer nada cuando podemos rendirnos al genio de los demás?
Los videojuegos han llegado a un punto en que son puras superproducciones, algunos tan sofisticados en sus tramas que ensombrecen las obras maestras de Hollywood. El arte de los juegos de rol es apabullante, llegando al punto en que a veces es difícil imaginar algo más impresionante que las mismas ilustraciones que nos muestran. Juegos de tablero, ¿ha existido un momento en que la calidad de sus componentes o miniaturas fuera tan exquisita? Y así suma y sigue.
¿Por qué diferenciarse? ¿Por qué intentarlo cuando lo que te rodea goza de tan tremendos recursos que jamás podrás alcanzar la superficie de su gloria? Es ver un Kickstarter de esos de miles o millones de dólares de éxito y se te cae el alma a los pies sólo de pensar en cómo lo harías para organizar un embolado de ese calibre o dar siquiera una cuarta parte de lo que ellos ofrecen con la mitad de su calidad.
No sé qué nos lleva al punto de crear algo "original" (¡todo está inventado!), cuando sería tan fácil rendirse al ocio pasivo, jugar sin más, entretenerte y ya está. ¡Qué inventen ellos! - Unamuno dixit.
¿Pero cómo dedicarle suficiente tiempo a cada cosa que nos apasiona? ¡Imposible! Os lo aseguro, ha llegado un momento en que hay pocas cosas que despierten en mi la pasión que sentía antaño por lo que me gustaba. Somos el resultado de estos tiempos veloces en que la red te bombardea con sus luces y colorines, con ofertas y descuentos y productos cada vez mejores. Pero los adquirimos y ahí se quedan, esperando el momento adecuado para usarlos, ¡pero no! Hay que estar atento al día de mañana, porque otras miles de cosas increíbles se desplegarán ante ti y tendrás que adquirirlas o sentirte mal por no poder tenerlas.
Antes dedicaba horas y horas a un videojuego hasta que me lo pasaba, ahora como mucho 1 hora a la semana, si consigo sacar un hueco. Y no es porque no me guste lo que juego, es que soy incapaz de concentrarme en una sola cosa durante unos cuantos días. Antes podía coger un juego de rol y no soltar su lectura hasta terminarlo, y ahora, puedo tardar semanas o meses, cuando no se quedan directamente a medias. Pero no es por su falta de calidad, es porque antes de que termine (a veces antes de que empiece) ya hay otra cosa más que se ha cruzado en mitad de mi radar y me bombardea, ¿¡qué se yo!?, las endorfinas del consumo.
¿Sólo me pasa a mí? ¿Soy un alma perdida en la oscuridad? ¡Socorro! ¿Debemos ceder al ocio pasivo o debemos aportar algo aún sabiendo que nunca podremos superar lo que nos rodea?